Aquí están algunas sugerencias para fortificar tus conexiones neuronales a través de la acción.
Pequeñas metas factibles. Como optimistas tendemos a establecer GRANDES metas ambiciosas. El resultado es que agotamos nuestros cerebros y los apagamos antes de empezar. En cambio, sé más inteligente que tu cerebro – elige una pequeña meta que sea muy factible. Asegúrate que la meta sea importante para ti. Porque si no lo es, probablemente no llegará a la cima de tu lista de quehaceres, ¿o sí?
Una pequeña acción factible. Con tu meta factible en mente, identifica UNA pequeña acción factible que puedes realizar en las siguientes 24 horas para iniciar hacia la meta. El tiempo lo es todo cuando se trata de actuar sobre nuevas enseñanzas. Las investigaciones muestran que entre más esperas, más fácilmente las antiguas y fuertes conexiones neuronales (como pensamientos y hábitos) toman el control de nuevo. Muy pronto las nuevas ideas y acciones propuestas serían memorias tenues. Piensa en tus nuevas conexiones neuronales como si fueran el equipo visitante que necesita toda la ayuda posible para ganar.
Recompénsate por tu progreso. Nuestros cerebros aman las recompensas. Elige qué es una recompensa para ti. (Por ejemplo: una palmada en la espalda física o mental, tacharla de tu lista de quehaceres, decirle a alguien que lo lograste, salir a caminar, jugar, platicar con una amistad, cualquier cosa que te brinde placer).
Sigue con otra pequeña acción. Después de premiarte, identifica otra pequeña acción que te ayudará a progresar hacia tu meta. Si tratas de establecer un nuevo hábito o ritual, ésta puede ser la misma pequeña acción que hiciste antes. O, puede ser una nueva acción que te ayudará a lograr la meta que te importa.
Pequeñas acciones. Cumple tu meta por medio de varias acciones pequeñas. Investigaciones muestran que nos encanta progresar. (¿Hay algo más satisfactorio que tachar algo de tu lista?). Las pequeñas acciones y metas nos dan muchas oportunidades para progresar.
Haz un hábito de las pequeñas acciones. Haz un hábito de identificar y realizar pequeñas acciones. Después prémiate. Separar lo que quieres lograr en pequeñas fracciones manejables es la manera más sencilla de hacer las cosas. Premiarte te permite seguir.