Así como su nombre lo implica, el documento de reflexión es una oportunidad para buscar en tu interior y reflexionar sobre el material presentado. Tu escritura no se trata de “hacerlo bien” o “lograr una calificación”. La escritura reflexiva es un acto de escuchar – de poner atención para ver cómo las lecciones se relacionan directamente con tu propia experiencia.
La reflexión es intencional. Es una manera de entender profundamente y personificar las lecciones. La escritura reflexiva es una oportunidad de ampliar las enseñanzas de tu profesor, escuchando tu propia sabiduría interior para ampliar tu aprendizaje.
Hay dos preguntas de reflexión al final de cada lección para ayudarte a guiar tu análisis. Elige una que te llame la atención (o elige las dos si te sientes inspirado) y utilízalas para enfocar tu escritura como si fuera un diario. Si ninguna te llama la atención, encuentra otro aspecto que te resulta interesante de la lectura o conferencia y sigue esa dirección.
Los documentos de reflexión están diseñados para tomar el material del nivel teórico-académico al nivel práctico-experimental. Aquí hay algunos consejos que te pueden ayudar:
Utiliza un estilo libre en tu escritura. No te preocupes por la gramática, estructura de las oraciones, o tu crítico interior. Pon atención al contenido lo que surge de tu escritura.
Mantén tu estilo al escribir. A algunos les gusta escribir en teclado, a otros les gusta escribir en un diario elegante. Haz lo que mejor te funcione.
Guarda tus escritos iniciales. No importa cómo escribas – electrónicamente o a mano – considera guardar todo en el mismo lugar. Tu cuaderno digital en el aula virtual hace eso para ti, organiza tus notas por tema. Si usas un diario, usa el mismo para que tus notas estén a la mano.
Deténte cuando sientas que tu escritura está completa. Algunos documentos de reflexión pueden ser muy largos mientras otros pueden acabar en sólo unas cuantas oraciones sinceras. Tú eres el juez que decide cuándo haz terminado.